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Ilustración Núria Rodríguez |
Cuando acabamos de
escribir el libro “Las Cuerdas”, el Violín nos invitó a comer. Antes de irse al Concierto, nos dijo con una
risita sospechosa:
-
Os dejo el postre en el cofre del Tesoro. Seguro que os va a
gustar.
-
Qué original – comentó Cato, pastelitos en un cofre.
Pero, cuando abrimos el
cofre del Tesoro, no encontramos los dulces que esperábamos, sino un pergamino con una
nota sujeta con la pata de un cangrejo que decía:
¡Oh, no, Pizzi, me dan mucho miedo los
piratas! Prefiero los pastelitos.
Cato temblaba. Tanto, que lo tuve que ayudar a agarrarse al caballito de
mar que nos saco de las profundidades y
nos dejó en la playa.
Ya fuera del agua, oímos
una risa de ultratumba que nos puso las orejas mirando para atrás, seguida de una melodía de chelo y piano que nos dejó clavados en
la playa, como sombrillas en verano.
Pensé que la música era preciosa,
pero también inquietante… las primeras notas nos habían hipnotizado.
No sabemos de dónde salió aquel
enorme pulpo con un 1 tatuado en su cabezota. Por
señas nos dijo que lo siguiéramos. Sin protestar, fuimos detrás de él hasta
toparnos con un barco pirata.
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Ilustración Núria Rodríguez |
El pulpo nos subió a
cubierta sin esfuerzo. Y con sus ocho patas nos ayudó a ponernos los chalecos
salvavidas. Antes de desaparecer, hizo una reverencia para que viéramos bien su
número 1 tatuado. Nos quedamos solos.
-
Pizzi, no hay tripulación. ¡Es
un barco fantasma!
- No tengas miedo, Cato- le dije, intentando que
no me temblara la voz. ¿Te imaginas que encontramos un Tesoro? Eso sí que sería
una aventura.
-
Ay, Pizzi, que no tengo el cuerpo
para aventuras… Es todo tan raro… ¿Qué vamos a hacer?
-
Está claro, hermanito, encontrar las pistas y ya veremos a dónde nos
conducen. El 1 de la cabeza del pulpo es la primera pista…
-
¿Y la música?
-
¿La música nos lleva a la
pista, o la pista nos lleva a la música? Deberíamos pensar un poco.
Cerramos los ojos. La
música seguía sonando. Y hasta nos marcamos unos pasitos de baile para
relajarnos. Cuando acabó la melodía, nos
sentamos en la popa del barco esperando una señal.
Un escalofrío recorrió mi
espalda. Y ¿si no había pistas… y si el barco se hundía… y si regresaban los
piratas…? (Continuará)
Nota: Os recomendamos leer primero la crónica.
Luego, escuchar
la pista 1 del CD e imaginar todo lo que os contamos y así sentir
como nosotros los sustos y las emociones de esta aventura musical.